a cuantos hercios oimos la música

El rango audible y nuestro oído.

Cambio de la continuidad

En la segunda guerra mundial, Joseph Goebbels fue quien ingresó la continuidad del tono 440 Hz, en el 39 se impuso como la regla de ajuste para todos y cada uno de los instrumentos. En 1953 la Organización En todo el mundo de Normalización (ISO) lo aprobó.

Esto fuerza a la multitud meditar y sentir de una forma cierta y sostenerla presa de determinada conciencia.

Los límites del oído humano

En las frecuencias bajas, esto es, en el límite inferior, los sonidos se perciben como ritmo. En un rango justo sobre los 20 Hz, todavía tenemos la posibilidad de distinguir cada oscilación y por consiguiente percibir el sonido tal y como si fuesen pulsaciones al tiempo que en las frecuencias altas – límite superior – tenemos la posibilidad de oír hasta un cierto límite, siendo rarísimo hallar personas que escuchen sonidos sobre 16.000 Hz. Hay que tomar en consideración que estos límites reducen con la edad u otros inconvenientes que afectan a la audición.

Al fin y al cabo el oído humano puede capturar sonidos cuyo rango de ondas fluctúan entre 2 ocasiones por segundos a 20 mil ocasiones por segundo, en otras expresiones, entre un rango de 20 Hz a 20 K Hz.

Toda la música que oímos ahora mismo crea una continuidad inarmónica con el mundo y con el organismo humano. Una nota hace 12 armónicos pues pone en resonancia las 12 notas de la escala musical (con medios tonos y sostenidos). Las notas efectúan 12 armónicos, en el momento en que se toca una nota afinada a un LA afinado a 432 Hz. En el momento en que uno toca en un LA afinado a 440 Hz, solo se efectúan 8 armónicos. La música afinada a 440 Hz es música muy pobre. La continuidad del mundo Tierra es de 8 Hz. Las ondas alfa, la continuidad del cerebro en estado de relajación profunda, son ondas a 8 Hz. Afinar a 440, provoca que la base no sea 8, sino más bien 8’25, lo que quiere decir que los armónicos que desarrollan no son armónicos con el mundo. El Ser Humano marcha en un rango de continuidad que va de 16 a 32 Hertzs, lo que equivale a la escala musical, del don al don, es decir, una octava. Afinar a 440 Hz tampoco es armónico con la continuidad del Ser Humano pues la base es 16,

  • El corazón humano (ritmo cardiaco) 

    doble hélice de ADN (continuidad de replicación) 

  • La función cerebral máxima – sincronización bihemisférica (2 hemisferios del cerebro) 

    (tixagb_b) de la cavidad Schumann) 

  • La geometría musical de la creación.

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