A los perros les agrada la música, pero el género de música marca la diferencia. Eligen los ritmos mucho más pausados, patrones sencillos y frecuencias mucho más bajas. Por contra, los ritmos veloces, la música mucho más complicada (con varios instrumentos) y las frecuencias mucho más altas cargan el sistema inquieto canino.
Este descubrimiento se probó merced a una investigación de “Animal Welfare” que se publicó en 2002. En el trabajo que se hizo con los perros de un cobijo se verificó que los perros estaban mucho más relajados y relajados en el momento en que escuchaban música tradicional. Los perros no parecían especialmente apasionados en la música pop o en los programas de radio, pero ladraban mucho más en el momento en que sonaba heavy metal.
Lenguaje corporal del hurón: en el momento en que el mamífero es infeliz
Furetto (Fotografía PIXTA)
el lenguaje corporal de tu hurón asimismo puede decirte en el momento en que el mamífero está infeliz. Más allá de que el «baile de la alegría» señala que tu mascota desea jugar contigo, hay reacciones afines que tienen la posibilidad de decirte que el hurón no está contento.
Señales de cariño de los hurones
Juega contigo
Los hurones son sociables y juguetones. Les gusta mucho vivir en compañía de otros de su clase y en el momento en que conviven tienen instantes muy enérgicos en los que no cesan de jugar como locos. Si tu pequeño te invita a divertirse, quiere decir que tu hurón te desea.
¿Por qué razón el hurón debería tener un tubo?
El tubo no solo es entretenido para nuestros pequeños mamíferos, sino es un auténtico enriquecimiento. A hurón que no posee un tubo libre, puede ser destructivo, raro y fallido.
Podría comenzar a cavar en la basura, sobre la alfombra, o cubre de ella para hacer su madriguera. Un tubo puede eludir inconvenientes en el pequeño mamífero y ser una enorme madriguera donde el animal puede ocultarse en el momento en que sienta la necesidad.
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Las cobayas son seres muy sensibles en lo que se refiere al tacto. Debemos cogerlas de manera despacio, sin apretarlas, pero, al tiempo, con solidez, para eludir que se nos escapen y se hagan daño. Debemos conseguir la estabilidad preciso para no evitar cualquier movimiento. Asimismo son cariñosas y frecuenta gustarles que les acaricien.