Pitágoras nació en la isla de Samos en la época del siglo VI aC, pero en sus años jóvenes se establecía en la Magna Grecia, en el sur Italia, donde creó una red social entre monástica y filosófica que persistí por lo menos 2 siglos. Entendemos que Sócrates, Platón y Aristóteles van a estar en contacto con el pitagorismo y que su tradición se alargaría hasta los últimos siglos del imperio de roma. En verdad, pertence a las figuras mucho más predominantes de la crónica de la civilización, dadas las seis enormes aportaciones que prosiguen actuales: 1) el teorema de su nombre, que conocen a los institucionales de todo el planeta, 2) el dualismo antropológico cuerpo / alma, donde se reconocen todos y cada uno de los cristianos, 3) la afirmación de que la matemática es la clave del conocimiento de la Naturaleza, que admitan todos y cada uno de los científicos, 4 ) la ciencia musical de la armonía, que estudien todos y cada uno de los músicos, 5 ) el imperativo de respetar a todos y cada uno de los seres vivos, que defiendan a todos y cada uno de los ecologistas, y 6) la iniciativa de que la tierra es una esfera, que admite a todo el que tiene 2 dedos de frente. Todavía hay otra impresionante doctrina pitagórica que se sostendría por lo menos hasta mediados del siglo XVII: la de la Armonía de las Esferas.
Según Pitágoras y sus discípulas, el número es la esencia de todas y cada una de las cosas y lo que les hace comprensibles. En expresiones de Aristóteles (Metafísica, A.5), “Los llamados pitagóricos fueron los primeros en ocuparse a las matemáticas y también impulsaron esta ciencia. Atraídos por su estudio, llegaron a meditar que los principios de los números eran los principios de todas y cada una de las cosas que son.” Esta era una novedad atrayente pues, hasta el momento, los pensadores como Semejantes, Anaxímenes, Heráclito y Xenófanas pensaban que los principios de todas y cada una de las cosas (arjai) eran, respectivamente, el agua, el aire, el fuego y la tierra, 4 elementos que después recogería la filosofía de Empédocles; pero como justifica Aristóteles mucho más abajo, “los números son precedentes a los seres por su naturaleza, por el hecho de que parecía tener mucho más puntos de semejanza que el fuego, la tierra y el agua con relación a la presencia de las cosas que están en capacitación ”, una intuición que retomaría Galileo hacia 1600, con la iniciativa de que el libro de la Naturaleza está escrito en lenguaje matemático. Y concluyó Estagirita: “Mucho más además de esto, por el hecho de que en los números veían las composiciones y las explicaciones de la música y de los fenómenos musicales”.