En este asunto observaremos toda la música que está relacionada con el cine, esta música que está compuesta de forma exclusiva por estar al servicio de la imagen, un género de música que no existió hasta principios del siglo XX, en tanto que fue en esa temporada en el momento en que comenzó a ponerse de tendencia este nuevo fenómeno que revolucionaría la industria del ocio: el cine. Para comenzar, vamos a llamar banda sonora a todo el sonido que oímos en el momento en que observamos una película, y estos sonidos tienen la posibilidad de ser de tres formas: – Los diálogos de los individuos en el momento en que charlan. – Los FXs de la película (estas detonaciones, el tráfico que suena etcétera.). – La música.
Ya que bien, esta música que oímos en las películas es lo que llamamos música de ambientación. Esta música de ambientación se nos puede enseñar de 2 formas distintas en la pantalla: a) Se va a llamar música diegética en el momento en que esta música está ilustrando una imagen donde hace aparición una fuente de sonido (por poner un ejemplo, un tocadiscos, una orquesta de baile …) y de esta forma, tanto los individuos de la película como nosotros como espectadores vemos de dónde procede el sonido o la música. b) Música no diegética o incidental va a ser aquella donde no hace aparición en pantalla ninguna fuente de sonido y por consiguiente el compositor tiene independencia para seleccionar la música y los instrumentos que desee. Somos solo nosotros en un caso así, los únicos que oímos la música como espectadores, los individuos, no. Esta música no forma parte ya que al guion, sino más bien a la ficción del cine. Aquí es donde está el mérito del compositor para hallar con esta música “externa” a eso que pasa en la historia identificarnos y “hacernos” de lleno en la película.
Además de este despliegue de geometrías inviábles y de este torrente creativo en lo que se refiere a la estética, Metrópolis tiene un guion donde confluyen la raza humana, el cariño, el mal, la lujuria, el temor
¿Qué pretendes trasmitir al público con este emprendimiento?
Una experiencia inmersiva. Que en el momento en que estén sentados en la salón se olviden de mi vida, que en el momento en que salgan del cine sientan que el tiempo voló y que al pasar los días quede poso.
Creador: Enrique López López
Enrique López López es Licenciado en Psicopedagogía. Tutoriza a estudiantes con adversidades de estudio. Ingrediente del Conjunto de Trabajo de www.valoresdepelicula.es.
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La música y el cine
La música y el cine siempre y en todo momento fueron de la mano. En la temporada del cine mudo existía un acompañamiento sonoro directamente a cada proyección. Unos comentan que era para disimular el estruendos del proyector, otros que para efectuar la experiencia de ver imágenes en blanco y negro mucho más interesante, y otros que para realizar opinar al espectador que formaba una parte de un colectivo , eludiendo que se sintiese apartado y realizando mucho más simple que se implicase en la escena.
La banda sonora en el cine mudo procuraba representar lo que pasaba en la pantalla de una forma exagerada y poco sutil. El pianista o el directivo eran quienes decidían dónde aparecía la música y en el más destacable de las situaciones, el pianista podía visionar la película para tener una idea más clara de cuándo y de qué manera tocar. Se empleaban ritmos veloces para persecuciones, sonidos graves en instantes enigmáticos y armonías románticas para situaciones de amor.