Para comprender de qué forma medimos el ritmo en música, primero hay que charlar del “polvo”.
EL RITMO
El ritmo es la base de todas y cada una de las manifestaciones vitales, entre ellas, la música. De ahí que, el ritmo es el primer elemento musical que toda persona conoce y reconoce aun sin tener ningún conocimiento musical previo.
El ritmo se encuentra dentro de los tres elementos que tienen dentro la música al lado de la armonía y la armonía. El ritmo es el mucho más natural y espontáneo a toda persona. El ritmo, del latín rhythmus, es un orden acompasado en la sucesión de las cosas. Hablamos de un movimiento controlado o calculado que se genera por la ordenación de elementos diferentes.
Ritmo y armonía
El ritmo musical se articula desde sonidos breves, medios y largos, tal como de los espacios de silencio entre ellos. La manera concreta de articular estos elementos se conoce como armonía y responde a causas de tipo cultural: la música occidental tiende históricamente a omitir los silencios ahora fluir; al tiempo que el oriental tiene dentro el silencio como una nota mucho más, podría decirse.
Las armonías, de este modo, reciben nombres concretos y se tienen que a la imaginación de los músicos, ya que tienen una entidad por sí mismas. Por servirnos de un ejemplo, se acostumbra charlar el día de hoy de riffs o soles, en dependencia de si se habla respectivamente de una armonía repetitiva, usual del acompañamiento, o mucho más bien de una armonía autónoma, singular en la parte.
Géneros de acompases
Tenemos la posibilidad de efectuar una clasificación de acompases según su construcción. Por una parte, disponemos los acompases sencillos, que son los que estuvimos enseñando hasta la actualidad y tienen la posibilidad de estar divididos por 2, tres o 4 pulsos.
No obstante, tenemos la posibilidad de ir mucho más allí y hallarnos con acompases en amalgama o complejos que tienen cinco, seis, siete o aun nueve o mucho más pulsos. Un excelente ejemplo de este género de acompases es la canción Money de Pink Floyd, que tiene siete pulsos. Otro ejemplo mucho más extremos lo podemos encontrar en las bulerías y en el flamenco por norma general. La bulería tiene 12 pulsos en suma, los que están conformados por 2 acompases de 3/4 y tres acompases de 2/2.
b) Compás ternario
El compás ternario es un compás de tres tiempos en el que se forma un período compuesto por un pulso acentuado y 2 pulsos no acentuados.