de qué época histórico-musical fue serguéi prokófiev

Orquesta del Conservatorio de Moscú, dirige Yaroslav Belyakov

La flor de piedra, último ballet de Sergei Prokofiev, fue concebido en una temporada donde la salud del compositor se encontraba en franco ocaso y su relación con las autoridades rusas en pleno desgaste. En el mes de enero de 1948, el compositor –al lado de sobresalientes colegas soviéticos como Shostakovich y Khachaturian– fue convocado para ayudar a una asamblea del Comité Central del Partido Comunista. Los músicos fueron atacados por Andrei Zhdanov y otros esenciales integrantes del partido por redactar música formalista y antidemocrática. Diríase que Prokofiev se sentó retando dando la espalda a quienes tenían la palabra mientras que presentaban las acusaciones. De aquí de ahora en adelante, las ejecuciones de su música en la Unión Soviética fueron extrañas. Además de esto, hasta su muerte en 1953, no solo había de estar pendiente de cada nota que ponía en el papel, sino su insuficiente situación le venía a elegir temas políticamente seguros y también inofensivos para sus proyectos escénicas. Entonces, no llama la atención que Prokofiev seleccionara un cuento de hadas para su último ballet y creara una música apropiadamente radiante y colorida.

Sergei Prokofiev Nacido el 23 de abril de 1891 en Sonsovka, enclave ucraniano a riberas del Don * Muerte el 5 de marzo de 1953 en Moscú

horas sentado al lado del piano y dando brida suelta a su imaginación. De modo comprensible, su madre le da las primeras enseñanzas musicales y con solo 6 años redacta su primera composición para piano. A dios gracias, su madre, Maria Grigorevna, le sometió a un increíble estudio musical apoyado mucho más en lo entretenido pedagógicamente que en el poco entretenido rigorismo académico, con tanto acierto que en escaso tiempo fue con la capacidad de interpretar por sí solo ciertas sonatas de Mozart y Beethoven. Dados estos progresos, los progenitores deciden contratar a un reconocido músico, Reingold Grier, que a lo largo de tres meses mejoró los principios musicales del pequeño Sergei. Fue en esa temporada en el momento en que Prokofiev tuvo contacto con las armonías populares de campesinos ucranianos, situación que contribuyó más tarde a su avance compositivo.

A los 14 años, ingresa en el Conservatorio de San Petersburgo, localidad donde se había instalado con su madre un año antes, en 1904. Lamentablemente, el instructor Rimski-Korsakov era un enseñante tan magnífico que prácticamente ningún alumno lo comprendía, incluyendo el joven Sergei. Allí aprendió, a regañadientes, armonía y contrapunto, superando los exámenes de puro milagro. De esta temporada, en concreto de 1909, data su Sonata nº1 para piano, una obra muy importante con la que abre su período de nueve sonatas, escenciales al legado compositivo del creador. Con 18 años logra el diploma musical si bien sigue dando clases de composición por poco tiempo, en tanto que descubrió que su enorme profesor era él mismo en su faceta creativa. Escoge complementar su capacitación pianística con la maestra Esipova y, fruto de esos provechosos cinco años de estudio, consigue ganar el Premio Rubinstein del Conservatorio. Su madre, feliz y contenta por el hecho, escoge obsequiarle un viaje a Londres (No estaban exactamente mal de rublos en la familia) donde coincidió con su compatriota Diaghilev, el empresario de los Ballets Rusos, que le sugiere que componga un ballet. Aquello se plasmó en la Suite Escita. En agradecimiento, Diaghilev le organizó en 1915 un concierto en Roma donde dio a entender a nivel internacional su increíble Concierto para piano nº2. No pareció perjudicar bastante a la temporada prerrevolucionaria que se se encontraba viviendo en Rusia, en tanto que a inicios de 1918 estrenó las Visiones Fugitivas y las Sonatas para piano 3 y 4. No obstante, ese año escoge dejar Rusia, no por motivaciones políticas, sino más bien intentando encontrar un ubicación donde pudiese trabajar con calma. En verdad, en el momento en que quince años después escoge regresar a su país lo realiza por idénticas causas, dada la inestabilidad a nivel político que se vivía en Europa en los primeros años treinta.

De un pueblo ruso a los Ballets Rusos de París

Si Prokofiev hubiese vivido en nuestra temporada de programas de televisión inacabables, finalmente habría debido contestar a el interrogante: «¿Qué harías si no fueses compositor?» Y podría contestar: «Fui un increíble pianista, vencí al enorme profesor cubano Capablanca en el ajedrez, pero desde joven me he esforzado por transformarme en el compositor mucho más interpretado de todo el mundo» .En entre las suyas primeras fotografías, se puede observar a un niño de nueve años con traje de marinero sentado en frente de un piano. En las partituras hay una inscripción precisamente distinguible: «Eligante de la ópera de Sergei Prokofiev».

Un par de años después, un joven compositor de éxito, Reinhold Glière, fue invitado a educar composición al niño. música y creía firmemente en el enorme futuro de su hijo, llevó a Prokofiev a la edad de 13 años desde una recóndita provincia rusa en San Petersburgo. Ingresó en el Conservatorio, donde estudió con los más destacados músicos de su temporada, entre aquéllos que estaba Nikolai Rimsky-Korsakov, un icono de la ópera rusa.

Deja un comentario